Memorias de un enterrador

Libro Primero.

 

«Llevo 20 años en el oficio… Y más de 15.000 muertos a mis espaldas…
Esta es mi historia. Bueno, y la suya…».
Tienen en sus manos el primero de 12 libros, y son las memorias de un enterrador, con las historias de todos, o casi todos los que de un modo u otro han traspasado las puertas de un cementerio muy especial. De los que nos dejaron y de los que aún están, de los que se fueron y de los que volverán, algún día, a quedarse para siempre. Historias preñadas de vida, impregnadas de muerte.
El desfile de una colección de personajes que desde mediados del siglo XIX han venido hollando con sus pies la tierra de estos caminos, narrado por un testigo tan excepcional como sólo podría ser su sepulturero.
Un reflejo de la Historia -con mayúsculas- en el universo de un magnífico cementerio privado de Madrid.
Protagonizan, se mencionan, aparecen por sí mismos o se habla, entre otros muchos, en este Libro Primero:
De la historia del legionario,
de sus hazañas en la guerra y de que tenía una hija enterrada en el cementerio.
De la señora Juana,
que acuchilló al hijo de quien atropelló a su pequeña, que estuvo en la cárcel, y de la mala suerte que tuvo en la vida.
Del Árbol del Ahorcado,
con todos los que de su rama pendieron.
Del Pozo de la Muerte,
la Guerra Civil y el Sargento de Brigada,
con todo lo que dejó escrito y que fue hallado.
De Joselito el grabador,
que no sabía leer ni supo quién fue su padre.
Del Coronel nazi que aparece,
todo un misterio.
Y otras muchas cosas…

Tienen en sus manos el primero de 12 libros. Tres ediciones en papel lo respaldan. Espero que lo disfruten, y que volvamos a encontrarnos por el camino…

LO QUE HAN DICHO:
-…Las historias que cuentas, y cómo las cuentas, me han llegado al alma, porque consigues convertirlas en universales. Hacía mucho que no me conmovía de este modo leyendo… (N.M.)
-…Diferente, original, una forma de narración fuera de lo común… (M.C.G.)
-…Me encantó el libro. Posees un estilo muy personal y cercano. Consigues que los personajes vayan calando poco a poco… (O.G.R.)
-…Los relatos nos hacen viajar a las realidades del XIX, o del 36, o ir y venir de los 90 a la Posguerra sin el artificio del flash back. Unos personajes que no engañan y que muestran su ser con plenitud. Este sepulturero, cuando narra, lo hace con una lengua entre perdida y ritual, fluida y sin cortapisas, y consigue transmitir la perceción auténtica del narrador, aquí otro sólido personaje de carne y hueso.
El enterrador habla. Lean y juzguen. Él tiene la palabra, su palabra… (P.A. -del prólogo-)
-…El autor transita como nadie los caminos del campo donde se asientan los muertos. Un terreno entre lo real y lo posible en donde Belmonte se maneja con indudable soltura. Un libro actual y contundente. Del todo recomendable, diría imprescindible… (F.F. -del prólogo segundo-)

 

Libro Segundo.

«-Francisco -me dijo uno de los compañeros, uno de los antiguos-, debes tener un alma grande en ese pecho, y unas anchas espaldas, para cargar con todas las pesadumbres de las almas y de las vidas de vivos y muertos que irás encontrándote por el camino…».

Esta es una novela sobre la muerte, sí, pero también sobre la vida. De hecho, diría que es más sobre la vida. Sobre las vidas de singulares y extraordinarios personajes que de un modo y otro guardan alguna relación con un enterrador -que soy yo mismo-, y con un cementerio -que es éste, el mío-. Con un mundo a su alrededor tan cotidiano como mágico e increíble.
Les invito, queridos lectores, queridas lectrices, a pasar la página y sumergirse en él, a descubrirlo, a impregnarse de aires nuevos, de historias diferentes. A conocer a los que dejaron su impronta en estos párrafos y su alma entre las piedras de este Campo santo…
Protagonizan, se mencionan, aparecen por sí mismos o se habla, entre otros muchos, en este Libro Segundo:
De la extraña historia de los mercenarios que buscaban al padre Pietro para asesinarlo, y de los que trataron de impedirlo.
Del Maletilla -representante de mármoles-, de su azarosa vida personal y sus andanzas por el mundo como mozo de espadas.
Del matador de toros que tuvo ocasión de folgar con la famosa actriz de Hollywood.
Del suegro del Maletilla, de sus actos durante la Guerra Civil en el bando equivocado y de su nombramiento como ‘Cherif’ en la Posguerra, con todas o casi todas las atrocidades que cometió.
Del padre Lorenzo, confesor, que por ello apostató y abandonó la fe.
De Bernarda, de su marido ‘el Mulo’ -a quien llamaban así no por la tozudez ni cerrazón mental, sino por estar dotado de unos atributos con los que la Naturaleza sorprende de cuando en cuando a alguno de sus hijos-, y de su hija.
De los enterrados a los pies de una oliva, que 50 años después todavía se hablaba de ello.
De Miguelín, nacido a finales del XIX, y de su familia, y de la miserable vida que les tocó.
Del señor Marqués y de su gusto por las pequeñas… -claro, que era otra época-.
Del padre Rebolledo y la construcción de la capilla.
De Mercedes, Merceditas, que entró al servicio de la casa del Marqués sin haberle salido los dientes casi, Y de su historia.
De por qué Miguelín mató al maestro cantero y tuvo que huir.
De la señora Marquesa y su amiga Marguerite, que vivían de espaldas al mundo sus sentimientos.
Del nacimiento de la esperanza.
Pasen y lean…

“Llevo 20 años en el oficio… Y más de 15.000 muertos a mis espaldas…
Esta es mi historia. Bueno, y la suya…».
Tienen en sus manos el segundo de 12 libros. Un gran éxito del Libro Primero lo respalda. Espero que lo disfruten, y que volvamos a encontrarnos por el camino…

Lo que han dicho:
…»tratándose el cementerio de un destino final, hemos de agradecer al autor su conversión en lugar de paso de insólitas historias y vidas, con destellos de ternura que nos hablan de la increible condición humana. Un placer».
A. Tauste. Productor. Realizador. Director de Arte.

…»Un gran acierto. Magnífica lectura. Se observa serena maduración como escritor desde ‘Cheyena, o Camino del Infierno’ -aquella asombrosa ópera prima-. Sin duda lo recomiendo».
C. Jodra. Crítico literario. elbibliofiloenmascarado.com

 

Libro Tercero.

«Si tenemos en cuenta que con cada féretro, enterramos una historia, sólo hay que saber escuchar al viento entre las copas de los árboles centenarios, leer en las inscripciones eternas en la piedra, preguntar a las sombras que de cuando en cuando se aparecen… Y obtengo lo que se me da y yo les doy, y ensancho mi alma y vivo otras vidas, y me lleno de asombro…».

«Llevo 20 años en el oficio, y más de 15000 muertos a mis espaldas…»

Llega el tercer volumen de las memorias de este peculiar y romántico sepulturero. ¡El libro más sorprendente y oscuro de la saga hasta el momento…!
Estimados lectores y lectrices, pasen y lean…

 

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‘A veces imagino mi propia muerte. Y cómo sería el no ser, el no estar…’.

Con ustedes, el Libro Cuarto. Espero que sea de su agrado…

Protagonizan, se mencionan, aparecen por sí mismos o se habla, entre otros muchos, en este Libro Cuarto:

De la Guapa, la que decían que era puta y que probablemente lo fuese, pero porque era espía.
Del Barón, que llegó en el 38 al olor de unos escritos secretos, con sus 500 hombres y sus 12 ‘Apóstoles’, coronel nazi, hombre de élite, que ya aparece en el Libro Primero.
Del abuelo de la Guapa, trotamundos, intelectual, revolucionario.
De la curiosa exhumación del cadáver de un sujeto alemán y posterior entierro, en la capilla, y de la aparición del padre Pío, misterioso, con don de lenguas, y muy capacitado. Y de lo que le quitó al muerto.
Del querubín germano, que buscaba lo mismo que el padre Pío.
Del extraño jaleo por la confusión de las órdenes dadas con respecto a la exhumación del alemán, con la intervención de la Embajada de Alemania. Y de la investigación.
De Tanio Sifredi y de su señora esposa, otra vez. De las andanzas y fechorías del primero, y de las tórridas aventuras de la segunda.
De la señora Mariana, madre de Sifredi, y de la vida tan dura que le tocó vivir.
De Loli, esposa de Sifredi. De su crianza en el Mercado de la Cebada como pescadera y de cómo Sifredi la sacó de la miseria y el nauseabundo olor a pescado. De sus primeras relaciones con el Yelero.
De lo que hizo la Falange a este pobre.
De los motivos oscuros que conducían a Sifredi a andar por ahí, a menudo, y casi siempre a deshoras.
Del Mesón del Gatopardo, siendo Gatopardo el dueño.
De cómo echaron a Sifredi del cementerio, y de las molestias que se tomó para volver.
De la historia del ‘Robaniños’.
Del rarísimo ejemplar del Ulyses de Joyce.
Del Grupo de Resistencia 7, revolucionarios.
Del Servicio de Orientación Bibliográfica, durante la Posguerra, encargado de la censura de toda clase de publicaciones.
Del Obispo que quiso ‘correr’ con la Guapa, alias ‘la Chari’.
De Cabanilla, el de la Secreta.
Del pueblo fantasma.
De Tomasín, el Buey, y de Tomasillo, su hijo.
Y tantas otras historias…